En la entrada
anterior hablé de
los mecanismos que permiten la formación del mar de nubes en Canarias y os
mostré algunas fotografías con su aspecto más habitual. En esta segunda entrega
voy a hablar brevemente de otro mecanismo causante del mar de nubes y lo
ilustraré con algún ejemplo.
No sólo en regiones
oceánicas y en islas se forman mares de nubes. También en zonas continentales,
en los valles de los grandes ríos especialmente, es muy habitual este fenómeno.
Al igual que lo que ocurría en Tenerife, para poder disfrutarlo tenemos que
buscar una atalaya que se eleve por encima de las nubes ("supranubius").
En los meses de
invierno y de finales de otoño y comienzos de la primavera las noches son lo
suficientemente largas como para que el suelo sufra un enfriamiento intenso y
prolongado, especialmente cuando el viento sopla flojo o está en calma y el
cielo se presenta despejado, sin nubes. Esto ocurre principalmente cuando un
anticiclón se sitúa justo encima o muy cerca de una región continental, como por ejemplo la península Ibérica.
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Bruma en campos de cultivo en el valle del Ebro cerca de Lodosa (Navarra), en un amanecer invernal. El cielo estaba poco nuboso y el viento en calma. El enfriamiento del aire y la humedad aportada por el río favorecieron la aparición de este meteoro. |
Estas brumas o
nieblas debidas al enfriamiento intenso del suelo se denominan "nieblas de
irradiación": el
suelo irradia calor hacia el espacio exterior y se enfría. Cuando está nublado,
las nubes capturan parte de ese calor y por eso las noches no son tan frías
como cuando el cielo permanece despejado. Aquí tenéis un esquema que sintetiza bastante bien cómo
se forman las nieblas de irradiación:
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Fuente: www.tutiempo.net |
En la península
Ibérica son especialmente notables las nieblas que se forman en los valles del
Duero y del Ebro. En ocasiones, las nieblas de irradiación persisten varias
jornadas, impidiendo la visión del sol y dando lugar a un ambiente muy frío y
húmedo, con temperaturas máximas que pueden quedarse por debajo de los cero
grados centígrados. A veces, las temperaturas son tan bajas que llegan a
congelarse las gotitas de niebla sobre la vegetación y otras superficies, dando
lugar a unos paisajes increíbles:
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Vegetación cubierta de niebla helada en una zona cercana al valle del Ebro, en la provincia de Zaragoza, en diciembre del 2005. Puede observarse también como el cielo presenta un aspecto blanquecino debido a la niebla, que reduce considerablemente la visibilidad. |
El valle del Ebro
es una cuenca bastante amplia cerrada por los Pirineos al Norte y el Sistema
Ibérico al Sur. En jornadas similares a la de la fotografía, por encima de la
gruesa capa de Stratus que conforma la niebla luce el sol y se dan temperaturas
tibias. Es decir, se produce una importante inversión térmica. Si ascendemos por la ladera de una montaña hasta sobrepasar la capa nubosa, seremos capaces de observar un auténtico mar de nubes, similar en
aspecto a los que se pueden ver desde las cumbres de Tenerife pero de distinta
naturaleza.
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Mar de nubes sobre el valle del Ebro: puede observarse la gruesa capa de Stratus que envuelve el valle. En su interior la temperatura es baja y el ambiente húmedo, al contrario que en la montaña desde donde se sacó la fotografía. |
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Tenue mar de nubes formado por brumas que envolvían las estribaciones del Sistema Ibérico en La Rioja una mañana de diciembre. Al fondo se aprecia la imponente silueta del Moncayo, que se eleva majestuoso por encima del valle hasta alcanzar los 2.314 metros de altitud. |
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Mar de nubes sobre el Valle del Ebro desde la sierra de Toloño (Álava), durante un amanecer invernal. |
Resulta sumamente
interesante observar en movimiento estos "mares de nubes de
interior". Por ello, y para finalizar, añado este fantástico vídeo de Óscar Sanchez Roa
(autor de la foto superior), que empleó la técnica time-lapse magistralmente
para captar la dinámica de las nieblas en el valle del Ebro, haciéndole
merecedor del 2º premio en el "Concurso Meteovídeo'2012"
organizado por la Asociación Meteorológica Española (AME):